Vivimos en una sociedad en la que nuestros niveles de bienestar material son relativamente elevados. La mayoría de las enfermedades contagiosas mortales que han afectado a la humanidad durante gran parte de su existencia han sido eliminadas. Nuestras necesidades más básicas han sido cubiertas – tenemos mucho más que suficiente para comer, tenemos techo, seguridad física y agua potable. La mayoría de nosotros nunca hemos tenido que pelear por la supervivencia. Sin embargo, a pesar de todo esto, en nuestra sociedad existe un sentido generalizado de “sentirnos peor.”


Vivimos a un paso cada vez más frenético en un mundo cada vez más fragmentado. Nuestra conexión con el mundo físico, nuestros amigos, familia, incluso con nosotros mismos se ha vuelto cada vez más tenue. Los niveles de adicción, ansiedad, depresión, estrés crónicos y enfermedades autoinfligidas por nuestro estilo de vida han sido tan elevados y siguen creciendo. Muchas personas han llegado al punto de quiebre.


En términos simples, ayudamos a las personas a que vivan despiertos y proporcionándoles nuevos mapas mentales y herramientas sencillas y efectivas para ayudarles a ver “el territorio” de una manera diferente y más útil – lo que en consecuencia, nos ayuda a tomar mejores decisiones y mejorar la calidad de nuestras vidas.

Cualquier problema es difícil de resolver si no entiendes el problema. Una vez lo entiendas, puede ser más fácil solucionarlo.


Da igual si estamos hablando de dejar de fumar, de dejar el alcohol, o cualquier droga, o si se trata de cambiar nuestros hábitos alimenticios o aprender herramientas para reducir el estrés, la ansiedad, la depresión – el conocimiento es poder.