El propósito de la vida no es ser feliz. Es ser útil, honrado, compasivo y conseguir que el hecho de que hayas vivido – y vivido bien – haya marcado alguna diferencia.” Ralph Waldo Emerson
“Cada persona tiene su vocación o misión específica en la vida. Cada persona tiene que llevar a cabo una misión concreta que tiene que ser cumplida. Por tanto no se puede reemplazar a esta persona, ni se puede repetir su vida. La misión de cada persona es única igual que su oportunidad específica para implantarla.” Viktor E. Frankl
Hace poco escribí en un newsletter que la felicidad es un fenómeno emergente; es algo que surge espontáneamente de otra cosa. La felicidad no es algo alo que nos podemos acercar directamente. Por ejemplo, la felicidad no se puede comprar al kilo en un supermercado. Tampoco se puede conseguir si compras un coche nuevo, una tablet, un smartphone o cualquier otra “cosa”. En nuestra sociedad de gratificación instantánea y en la que la capacidad de mantener la atención por un tiempo es cada vez más corto, estamos cada vez más acondicionados a buscar el “arreglo express” – tomar algo o comprar algo. La mentira que nos ha sido vendido es que la felicidad sea un estilo de vida.
Encuentra un propósito que puedas servir no sólo vivir un estilo de vida
En nuestra sociedad consumista hemos sacrificado propósito y sentido por estilo de vida. Estamos dirigidos por un bombardeo constante de imágenes e información. El mensaje es que puedes ser alguien si compras algo. El mensaje implicado es que sin esealgo verdaderamente no serás ese alguieny que conseguir un estilo de vida en sí es una meta con sentido. El resultado de esto es la veneración de todo lo famoso inane y de personas que son famosas sólo por ser famosas. Vi un reportaje hace poco en el que el periodista preguntó a una adolescente qué quería ser de mayor. Ella contestó, “quiero ser famosa”. “¿Famosa por qué razón?”preguntò el periodista. “No me importa – simplemente quiero ser famosa.”
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